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viernes, 26 de abril de 2013

El Palau Robert


 
Este edificio, situado en la esquina de Paseo de Gracia con la Diagonal, es actualmente una oficina de turismo de la ciudad y de Cataluña, además de centro cultural con salas de exposiciones. Actualmente hay una que me interesa especialmente ver, razón por la que me he acercado hasta este espacio antes de que la cambien.
 
 
 
Un poco de historia
 
Robert Robert i Surís, conocido financiero miembro de las principales sociedades y consejos de administración de las empresas más importantes de la época, adquirió esta propiedad en la entonces  incipiente esquina del paseo de Gracia con la Diagonal. Derrocó las casas que allí había para construir la residencia familiar, que se proyectó como una gran mansión, al estilo de lo que se construía entonces en el paseo de Gràcia.
 
Confió el proyecto al arquitecto francés Henry Grandpierre, y los trabajos fueron dirigidos por Joan Martorell y Montells. El edificio, de estilo neoclásico y clasicista, se aleja del modernismo vigente en la época. Quedó terminado el 1903, y un año después obtuvo una mención en el Concurso anual de edificios artísticos instaurado por el Ayuntamiento de Barcelona.
 

El jardín
 
 
Una de las cosas que me gustan de este espacio son sus jardines, abiertos al público, pequeño, pero un mini oasis en pleno centro de la ciudad.
 
 
Hace unos años se derribaron los muros de la calle Córcega, y fueron substituidos por una reja, abriéndolos más a la calle. En verano hay conciertos al aire libre.
 
 
Las palmeras provienen de la Exposición Universal de 1888.
 
 
Por el jardín se accede a las antiguas cocheras, convertidas en salas polivalentes en el 2003.
 
 
 
 
El edificio
El Palacio tiene planta rectangular y está articulado en torno a un patio interior abierto con una claraboya. Donde antiguamente se situaba el salón principal, ahora se ofrece información a los visitantes.




Las exposiciones
Como decía al inicio, si he venido hasta aquí es por las tres exposiciones que hay en este momento. He hecho algunas fotos de muestra, pero evidentemente ni se acercan a lo que realmente he visto. Si os gustan no os perdáis los originales. 


 
 
Exposició “20 anys de Premis LUX”, la millor fotografia profesional (Finaliza el 28 de abril 2013)

Da a conocer la evolución de la fotografía profesional de encargo y muestra la gran variedad de estilos y tendencias, además de mostrar la creatividad y la capacidad de innovación de los mejores fotógrafos profesionales del país.
 
 
 
 
 
 
Born To Múúú. Doctor Music, 30 Años. La Exposición (Finaliza el 12 de mayo 2013)

Presenta una colección de imágenes, carteles históricos, entradas, pases de conciertos míticos, materiales exclusivos de la promotora de conciertos Doctor Music Festival.
 
 
 
Jaume de Laiguana. Exposició fotogràfica. Retrospectiva 1997-2012 (Finaliza el 26 de mayo 2013)

El director de arte, realizador y fotógrafo Jaume de Laiguana ha seleccionado 158 fotos de gran formato de los últimos 15 años para dar a conocer su trayectoria profesional. Si os gusta la fotografía no os la perdáis, es realmente fantástica.
 


De la serie deterioro del medioambiente
 
 
Escenas de cine

 
 
Gran parte de la obra de Jaume de Laiguana tiene su origen en la publicidad, pero consigue vida propia. Y es que una de sus principales facultades es convertir los trabajos por encargo en trabajos de autor, enfocándolos desde su propio y particular punto de vista. Su obra también incluye otros proyectos que reflejan problemáticas sociales y el principal objetivo es hacer reflexionar al espectador.”
 

Retratos de famosos en primerísimo plano
 
 


 

Más información:
www.gencat.cat/palaurobert

martes, 23 de abril de 2013

Juego 14. ¿Dónde está este Sant Jordi?


No hace falta que las leyendas sean ciertas, tan solo hace falta que sean bonitas.
 
 
Dice la leyenda de Sant Jordi que hace mucho, mucho tiempo, había un dragón monstruoso, con largas uñas y aliento de fuego. Este dragón hacía huir al pueblo, mataba a la gente con su aliento y se tragaba vivas a las personas.
 
Los aldeanos, sin otra solución, decidieron darle dos ovejas a diario para apaciguar su hambre.
 
Cuando terminaron con las ovejas, le dieron vacas, bueyes y todos los animales que tenían, hasta que se quedaron con ninguno.
 
El rey convocó una reunión, donde decidieron que harían un sorteo y le darían al dragón una persona cada día, para que se la comiese.
 
Un desafortunado día, le tocó a la hija del rey, y él, entre lágrimas dijo:
-Perdonad a mi hija y, a cambio, os daré todo mi oro, mi argento y la mitad de mi reinado, pero os los pido por favor, dejad a mi hija.
 
Pero el pueblo se lo negó. Llegado el día, el rey la vistió y la dejó delante de la cueva, cerca del dragón.
 
Y de repente, cuando el dragón ya abría su gran boca para comerse de un mordisco a la princesa, apareció, cabalgando sobre un caballo blanco y con su lanza y su escudo dorado el caballero Sant Jordi, para salvar a la princesa de las garras de aquel enorme dragón.
 
Aquel caballero alzó su larga lanza y de un golpe, el dragón cayó desplomado al suelo, con la lanza clavada en el centro del corazón.
 
De repente, de la sangre del dragón que le brotaba cuerpo abajo salió un rosal, con unas rosas que brillaban con el esplendor del sol, y el caballero Sant Jordi cogió una, la más bonita de todas, se dirigió a la princesa y se la dio en señal de amor.
 
El rey le pidió que se casara con su hija y que le daría todo su oro y la mitad de su reinado. Pero el caballero se marcho sobre su caballo blanco sin decir nada.
 
 
No se sabe con certeza cuándo se empezaron a regalar rosas el día de Sant Jordi. Probablemente el origen de la Fira esté en las ofrendas florales que los romanos hacían en mayo a la diosa Flora. La rosa roja simboliza la pasión, y la espiga que a veces la acompaña, la fertilidad. La rosa se unió a Sant Jordi, y hoy en día perdura la costumbre de regalar una rosa con una espiga. Y además, un libro.
 
 
Si no sabes dónde está el Sant Jordi de la foto clica aquí o busca en la etiqueta Soluciones juegos.
 

viernes, 19 de abril de 2013

El Parque Güell (II)


La semana pasada os empecé a hablar de este fantástico parque y os mostraba algunos de sus elementos más característicos. Ahora os enseñaré otros rincones ideados por ese arquitecto tan increible llamado Gaudí. 


Plaza de la naturaleza
Encima de la sala hipóstila, y como punto central del parque, se encuentra esta gran plaza de arena, delimitada por el famoso banco con forma de sepriente de 110 metros de longitud y totalmente cubierto de un colorido mosaico. 


 
 


La plaza, en su conjunto, tiene 3.000 m2, y fue construida entre 1907 y 1913. Según el plano original, la plaza central debía ser un teatro griego, apto para las reuniones comunitarias y para la celebración de eventos culturales y religiosos. 
 
 
Desde este lugar se tienen unas buenas vistas de Barcelona. Aviso a los fotógrafos: si vais por la mañana tendréis el sol de cara.
 
 
Los bancos están diseñados para ser cómodos. De hecho, Guadí le pidió a uno de los trabajadores que se sentara en un trozo de yeso blando para conseguir una forma anatómica.
 
En su parte exterior contiene un friso cubierto de gárgolas para desaguar la lluvia, así como pequeñas figuras en forma de gota de agua.

 
El recubrimiento en mosaico no es obra de Gaudí, sino que, como los rosetones de la sala hipóstila, son obra de Josep Maria Jujol.
 
 

 
El trencadís se construyó con materiales de desecho, baldosas, botellas y trozos de vajilla, como el que os muestro en la foto, donde podemos apreciar un antiguo plato.
 
 
Esta plaza está sin pavimentar, debido a que el agua que recoge procedente de precipitaciones es drenada y canalizada por las columnas que la sostienen, y es acumulada en un depósito subterráneo de 1.200 m3, para posteriormente ser empleada para regar el parque. Si el depósito sobrepasa un límite determinado, el agua sobrante es expulsada por la salamandra que da la bienvenida al parque.
 
 
A uno de los lados de la escalinata se sitúa el colegio CEIP Baldiri Reixac (antigua casa del conde Güell).
 
 
Al otro lado se encuentra el Jardín de Austria.
 
 
Camino del Rosario
Es el camino principal, y se le llama así por las bolas de piedra que podemos encontrar por todo el camino y que recuerdan a las cuentas de un rosario. Parte de la plaza central y atraviesa transversalmente el parque. Se construyó sobre una antigua calzada romana que conducía a San Cugat del Vallés.
 
 
 
Los caminos y viaductos
Gaudí se negó rotundamente a allanar el monte para trazar los caminos. Por el contrario, aprovechando las irregularidades del terreno y construyó una serie de viaductos para transitar por el parque, lo suficientemente anchos para el paso de carruajes, y con unos caminos porticados por debajo para el paso de transeúntes. Los caminos tienen una longitud total de tres kilómetros, que salvan el desnivel de la montaña.
 
 
Estos caminos son el de la "Bugadera" (la lavandera), y los tres viaductos situados en las cercanías de la Casa-Museo Gaudí: el Viaducto del Museo (nivel inferior), el Viaducto del Algarrobo (nivel medio) y el Viaducto de las Jardineras (nivel superior); todos ellos diferentes y con soluciones estructurales diferenciadas.
 
 
 
Mi favorito es el El camino de la Bugadera (de la lavandera), llamado así porque uno de sus pilares tiene esculpida una figura en forma de lavandera. 



Está situado detrás de la escuela y se accede desde la Plaza de la naturaleza.


Construido con piedra del propio parque, presenta una inclinación de sus paredes y de las columnas que lo sostienen que parece casi imposible.

 
Aquí puede verse el talento de Gaudí, ya que estructuralmente todo el conjunto está perfectamente equilibrado. Las columnas exteriores se inclinan hacia el interior para soportar el peso del desnivel del terreno, formando una bóveda en piedra alargada que engloba un pasadizo casi circular.
 
 
Se trata de una metáfora de una gran ola que arropaba y protegía, como si de un túnel se tratara, al pueblo de Moisés en el paso del Mar Rojo.
 
 
Tras este primer pórtico encontramos el segundo, formado por un semicírculo de columnas helicoidales, a dos niveles. Los soportales están sostenidos por columnas inclinadas.
 
 
A pesar de la aparente delgadez de estas, que recuerdan troncos de palmeras, han resultado de una extraordinaria resistencia. La piedra consigue curvas depuradas y formas de llenas fantasía.
 
 
El pasamanos también tiene columnas helicoidales en forma de espiral.
 
 
Profundamente vinculado con la naturaleza que le rodeaba, Gaudí se inspiraba en ella para crear sus obras. Al emplear las propias piedras del lugar, consiguió, más aún, que la arquitectura fuera parte integrante del paisaje natural.

Vamos en dirección contraria, al otro lado de la Plaza, para ver los demás viaductos. En esta zona encontramos el camino lleno de tenderetes al aire libre.
 

Aquí podemos encontrar una de las áreas de picnic. Si se viene con niños, o simplemente se quiere pasar el día, ésta es una buena opción.


Llegamos al viaducto del Algarrobo, que parece incrustado en una gran roca del parque. La luz que se filtra a través de los huecos entre columna y columna, lo que le da un aire muy especial. En el techo, cientos de piedras de diferentes formas y tamaños forman pequeñas bóvedas.


Se llama así por el viejo árbol seco y caído ya con el paso de los años, que durante las obras Antoni Gaudí se empeñó en no eliminar, a pesar de los consejos de sus colaboradores. Es todo un emblema del sitio, y nos recuerda el eterno interés del arquitecto de no irrumpir en la naturaleza que acogía y rodeaba sus construcciones.


Viaducto de las jardineras


Cuando Gaudí se hizo cargo del proyecto la zona estaba deforestada —como indicaba su nombre de Montaña Pelada—, por lo que mandó plantar nueva vegetación, escogiendo especies mediterráneas autóctonas, las que mejor se adaptaban al terreno.




Museo Gaudí
En el recinto del parque se encuentra la Casa Museo Gaudí, un edificio en color rosa en donde residió el arquitecto, y que en la actualidad expone una colección de obras del arquitecto (la verdad, no muy interesante). La casa se construyó como edificio piloto.
En el año 1906, Antoni Gaudí compró la casa y se trasladó allí con su padre y una sobrina. Cuando ambos murieron, Gaudí vivió solo en esa casa durante años, hasta 1926. Cada día andaba ida y vuelta de la colina a Barcelona.

Nos encaminamos al Turó de les tres Creus (colina de las tres cruces)


Por el camino encontramos la casa Trias, una casa modernista construida en 1905 y una de las dos que se llegaron a construir.


El hijo del matrimonio Trías, Alfonso, mantuvo una estrecha amistad con Gaudí. La casualidad hizo que éste, estudiante de medicina, fuera quien identificara a Gaudí cuando, atropellado por un tranvía, fue trasladado al Hospital de la Santa Cruz como un accidentado desconocido.

Subiendo, encontramos nuevas zonas de pícnic y espacios donde disfrutar de un descanso. En todo el recorrido del parque es frecuente encontrar artistas que aportan música al conjunto por unas monedas.


Desde aquí también hay una buena vista del Tibidabo y la torre de Collserola.


Turó de les tres Creus
En un promontorio de la parte alta del parque, en un lugar llamado antiguamente turó de les Menes («colina de las Minas», por unas minas de hierro que se encontraban en el lugar), a 182 metros de altura, Gaudí pensaba construir una capilla, que finalmente no se llevó a cabo.



En su lugar construyó un monumento en forma de Calvario de tres cruces. Inspirado en los monumentos megalíticos, tiene planta circular y dos rampas de escaleras, en cuya cima se sitúan las tres cruces. La orientación de dos de las cruces indica los cuatro puntos cardinales y la tercera, que acaba en flecha apunta hacia el cielo.



Puede que a simple vista, pueda pensarse que no merece la pena el esfuerzo de subir hasta aquí arriba, pero lo realmente fantástico de este lugar son sus vistas sobre la ciudad y el propio parque.


 


Y si queréis vistas todavía más espectaculares, podéis subir un poco más alto, al Mirador del Virolai. Yo definitivamente, ya estoy cansada y hace calor, ahora prefiero otro tipo de “estimulante”. Bon profit!. ¡Buen provecho!