El Palacio Moja se encuentra en la Rambla. Las gestiones para su
construcción las inició en 1763 el marqués de Cartellà Pere Desbach, pero fue
su nieta, Maria Lluïsa Descatllar, quien en 1774 hizo derribar la muralla de la
Rambla haciendo desaparecer la puerta Ferrissa (puerta de hierro) y las dos
torres que la flanqueaban (Hoy calle Portaferrissa).
Mirado desde la Rambla, es una construcción sobria, de líneas rectas y sin
demasiados elementos decorativos. Esto es debido a que en el momento de
construir el palacio, la Rambla era una riera. Es por esta razón que la fachada
principal se orientó a la calle Portaferrissa.
Fachada en la calle Portaferrissa |
El edificio del Palacio Moja fue proyectado por el arquitecto Josep Mas i
Dordal que, influido por las nuevas tendencias estéticas procedentes de
Francia, ideó un palacio neoclásico. (También edificó la iglesia de la Merçè,
Sant Vicenç de Sarrià y el palacio episcopal de Barcelona).
Puerta principal en la calle Portaferrissa |
Detalle de la parte superior en la puerta de acceso |
La familia Moja
Maria Lluïsa Descatllar se casó con Josep de Copons, marqués de Moja.
Iniciadas las obras del palacio en 1774, éste se inauguró al cabo de diez años,
con motivo de la fiesta nupcial de la hija mayor de los marqueses.
Acceso a la planta noble desde el vestíbulo. Al fondo la pintura de un perro, guardián de la casa. |
El edificio sería propiedad de la familia hasta el año 1865, cuando la
última marquesa de Moja, Josepa de Sarriera i Copons, murió sin descendencia.
Sus albaceas alquilaron el palacio al Fomento de la Producción Nacional hasta
que, en 1870, lo compró Antonio López y López.
Dedicado a los Cazadores de Hermes. Ahora cada vez que veo uno me acuerdo de ellos. |
La escalera noble, toda de mármol |
El marqués de Comillas
En 1870, Antonio López y López, nacido en el pueblo de Comillas, Cantabria,
de familia humilde, amasó una gran fortuna en Cuba. Compró el Palau Moja de
Barcelona como residencia, un palacio de nobles para un nuevo rico. Fue un
naviero destacado de la época, y entre sus negocios se incluía el comercio de
esclavos. En 1878 se le nombra Marqués de Comillas, pasando a ser noble y
senador.
Detalle de la escalera |
Escudo de armas de don Antonio López y López, I Marqués de Comillas |
Las paredes están decoradas con pinturas románticas de Eduad Masdeu i Llorens |
Al comprar el palacio, emprendió obras importantes de reformas y
decoración, basada en una ornamentación barroca, especialmente en la planta
noble, con los consiguientes salones rosa, azul y verde.
El marqués de Comillas estaba muy vinculado a la monarquía, (de esa forma
consiguió el marquesado), y especialmente a Alfonso XII, el cual al entrar a
España para hacerse cargo de la corona después de la Restauración, durmió en el
salón azul de esta mansión. En 1886 también fue huésped de honor san Juan
Bosco.
Esta gran influencia social puede intuirse en el gran salón del Palau. Con
3 pisos de altura, planta cuadrada y grandes ventanales
sobre la Rambla, fue el escenario perfecto para las fastuosas celebraciones del
palacio.
Todas las paredes y el techo de la estancia están recubiertas de pinturas
murales de Francesc Pla, el Vigatà el mejor pintor muralista catalán del siglo
XVIII: escenas históricas, guirnaldas de flores, imágenes de la familia Moja.
Puertas de acceso a la capilla (derecha) y al salón rosa |
En 1891, el marqués de Comillas instaló en el segundo piso del Palacio las
oficinas de la Compañía Trasatlántica de la que era fundador y presidente,
teniendo la exclusiva de la ruta entre España y Las Antillas.
En una de las salas del palacio se encuentra expuesta una magnífica
colección de maquetas de barcos de la Compañía Transatlántica, la flota
propiedad del marqués de Comillas que ponía en comunicación España con las
colonias americanas.
El marqués fue el mecenas y protector de Mosen Cinto Verdaguer, el cual le
dedicó su obra La Atlántida. Celebraba misa para la familia en la
capilla anexa al salón principal, de pequeñas dimensiones, decorada también por
el Vigatà con alegorías religiosas y escenas de la Madre de Dios de la Mercè.
Verdaguer vivió en el palacio de Comillas 15 años, primero como capellán de
la familia y desde 1883 como limosnero. Fue por esta última actividad por la
que fue enviado a un santuario cerca de Vic, ya que el marqués consideraba que
malgastaba su dinero con gente indeseable.
Murales de la capilla |
Retrato de San Juan Bosco realizado por mosen Cinto Verdaguer |
Se instaló en la segunda planta, en una habitación extremadamente austera.
Actualmente es una sala de reuniones, pero permanecen algunos elementos de
entonces, como el armario o la chimenea.
El conde Güell
Una de las hijas del marqués, Isabel, se casó con Eusebio Güell (conde de
Güell), conocido sobretodo por ser el mecenas de Gaudí. Se unieron así, dos de
las grandes fortunas de la ciudad.
Detalles del salón rosa |
Después de la muerte del marqués de Comillas, el Palacio pasó a manos de su
hija. Fue un hijo de éste matrimonio, Juan Antonio Güell y López, que fue
alcalde de Barcelona entre los años 1930 y 1931, quien abrió unos soportales a
lo largo de la acera de Las Ramblas para facilitar el acceso a los viandantes.
Acceso al comedor familiar |
Durante la Guerra Civil Española, el Palacio pasa a ser sede de la CNT,
expoliándose sus obras de arte. Como ejemplo, todas las alfombras fueron
troceadas y entregadas a la clase obrera para su uso. En 1940 las oficinas de
la Aduana se instalan en el segundo piso del palacio. Posteriormente, son las
oficinas de la Compañía Transatlántica (por segunda vez) Y después se convierte
en la sede central del recién fundado Banco Atlántico.
Cuando fallece el tercer marqués de Comillas y conde de Güell en 1959, el
palacio entra en una notable decadencia.
En 1969, se le declara monumento de
interés histórico y artístico y una vez vaciado el contenido artístico de éste,
y en 1971 sufre un incendio que lo destruye prácticamente en su totalidad.
El palacio quedó abandonado durante once años, hasta que el Departamento de
Cultura y Medios de Comunicación de la Generalidad de Cataluña lo adquirió y
restauró. Actualmente el palacio es la sede de la Dirección General del
Patrimonio Cultural. No se puede visitar, aunque, en determinados días del año,
abre sus puertas al público.