Basílica de Santa María del Mar

Paseando por la zona de Ciutat Vella y el Borne se encuentra Santa María del Mar, atrapada entre estrechas calles y delante de una pequeña plaza, que hacen difícil de fotografiar la iglesia con perspectiva

El barrio de la Rivera, que en el S.XIII era el centro neurálgico de mercaderes y armadores, se planteó la construcción de una gran iglesia que perteneciera a los feligreses de la zona del puerto. En las mismas fechas también se construía la Catedral, destinada a la monarquía, la nobleza y el alto clero.

Fueron los trabajadores del puerto y la gente del barrio quienes sufragaron los gastos del templo, bien con su dinero o bien con su trabajo.  

 

Un capítulo especial, tal y como cuenta Idelfonso Falcones en su novela “La catedral del Mar”, fueron los descargadores del muelle, que llevaban las enormes piedras destinadas a la construcción de la iglesia desde la cantera real de Montjuïc, cargándolas en sus espaldas, una a una.  Para quién no lo conozca la distancia es considerable. La puerta principal de la iglesia los homenajea.

      

Santa María del Mar es la única gran iglesia gótica catalana perfectamente acabada: torres octogonales, abundancia de superficies desnudas y contrafuertes macizos.

           

La fachada principal está decorada con un rosetón de estilo gótico flamígero del siglo XV. También destacan las gárgolas de los contrafuertes, el reverso de las vidrieras y sus monumentales dimensiones.

 

Su interior es muy bello; destaca su amplitud de formas y la austeridad decorativa. Tiene tres naves de gran altura separadas por altas columnas