La Rambla del Raval, es una vía que fue abierta para sanear y dignificar una de las zonas más degradadas del barrio. Para que pudiera construirse, se demolieron cinco manzanas que agrupaban un total de 62 edificios, con 1.384 viviendas. Actualmente es un eje de ocio del barrio y de la ciudad.
En ella destaca la escultura del artista colombiano Botero “El Gato”, una escultura que desde 1987 ha ido dando tumbos por la ciudad, hasta encontrar en el 2004 este nuevo emplazamiento que, de momento, parece que le gusta, a pesar que de vez en cuando le desaparece algún bigote. Se aguanta directamente en el suelo, macizo y orondo.
Subiendo por la rambla encontramos la plaza de Salvador Seguí, recientemente remodelada (febrero 2012) y donde se ha instalado el nuevo edificio de la Filmoteca de Cataluña.
Al lado, encontramos la plaza Vázquez Montalbán, inaugurada en 2009 y dedicada a este escritor del Raval.
Aquí se ha construido un hotel de lujo, de 10 pisos de altura, que poco tiene que ver con la humildad del barrio. La fachada la forman grandes ventanales que integran un muro de cristal que los recubre. Detrás del hotel hay un edificio de oficinas, obra del estudio de Bohigas-Martorell donde se ha trasladado el sindicato UGT.
Justo al lado de esta plaza se encuentra Casa Leopoldo (C. Sant Rafael) un conocido restaurante frecuentado tanto por el escritor como por su personaje literario Pepe Carvalho.
La Rambla se ha convertido en un eje de ocio del barrio y del centro de la ciudad. En ella se han instalado terrazas y una feria de artesanía local. También se programan eventos culturales de carácter municipal.
Si te sientas en una de las terrazas, ves pasar a los habitantes de la zona, en su mayoría pakistaníes, mezclados con barceloneses y turistas del mundo entero.
Al final de la Rambla y siguiendo por el carrer de l’Hospital llegamos a una placita, llamada del Pedró, donde se puede ver un pequeño monumento dedicado a Santa Eulàlia, patrona de la ciudad, y que fue levantado en el siglo XVIII para conmemorar lo que se consideró un prodigio: la caída de una bomba disparada por la artillería borbónica durante el asedio a la ciudad, y que no llegó a estallar
En la Plaça del Pedró podemos ver una antigua capilla románica del siglo XII, vestigio del antiguo Hospital de leprosos de Sant Llàtzer, uno de los centros hospitalarios barceloneses que fue absorbido por el Hospital de la Santa Creu.
Más información
No hay comentarios:
Publicar un comentario