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jueves, 14 de junio de 2012

Palau Güell (II)

En la entrada de la semana pasada nos quedamos en nuestra visita  en la planta noble del edificio.

Continuamos el recorrido entrando en el sorprendente salón central.

Muchas de las lámparas están diseñadas por el propio Gaudí



Salón Central 




Está coronado por una cúpula parabólica que sobrepasa el terrado en forma de cono que está perforada por círculos que, bajo la luz del día, le dan desde el interior una apariencia de planetarium. Todo el edificio está organizado alrededor de esta pieza central.  


También hallamos en esta sala una pequeña capilla empotrada en la pared.


Junto a la capilla se sitúa un órgano. El sector central de tubería desapareció entre los años 30 y 40, y ha sido recuperado. Su acústica es "espectacular" gracias a la cúpula y de las dimensiones de la sala (80 metros de planta por 17 de altura) 

























En el gran salón destaca asimismo un busto de Joan Güell.



















Los trabajos de restauración de la carpintería ha necesitado el trabajo de ocho profesionales, que a lo largo de tres años y medio han saneado las puertas devoradas por la carcoma, las han barnizado, han repuesto herrajes, y han recuperado la belleza de las maderas de nogal, eucalipto, roble, haya, ébano, palisandro o caoba.




 




Entreplanta y dormitorios

Entreplanta, entre el salón central y la zona de los dormitorios, con clara influencia mozárabe. Al fondo la capilla del salón.
En el segundo piso se sitúan las habitaciones de la familia, que contaba con 12 miembros. Están decorados con un ciclo relativo a Santa Isabel de Hungría.

 




Habitación de la esposa de Eusebi Güell, Isabel López Bru, hija del marqués de Comillas




















Habitación de la hija mayor



Aseos y zona de baño

 
El diseño llega a todas partes!
Desván

En el tercer piso se encontraban las habitaciones del servicio, compuesto por 18 personas. Actualmente hay una exposición temporal dedicada a las obras de restauración del edificio.




Cochera y caballeriza


La entrada tiene unas dimensiones impresionantes, pensadas para que los visitantes pudiesen acceder a ella montados en sus caballos y carruajes. Para los caballos existían en el sótano establos, lo que en aquel entornes era totalmente innovador. Se accedía a ellos a través de una ingeniosa rampa de forma helicoidal.


La poca luz no me ha permitido hacer fotos mínimamente aceptables

Esta caballeriza es la única construcción que Gaudí dejó con el ladrillo a la vista.


El terrado
En la azotea nos espera una gran sorpresa, pero eso será en la siguiente entrada del blog.

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