En un blog sobre Barcelona no podía faltar una mención al Parc Güell. En realidad no sé cómo he tardado tanto, ya que es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad, además de uno de mis favoritos.
He ido en sábado, pensando que habría menos gente que un domingo…pero la realidad se impone ¿cuándo está tranquilo este parque? Y más ahora que pronto será de pago.
El Park Güell se formó con la unión de dos fincas en la llamada Montaña Pelada (hoy día Colina del Carmel), adquiridas por el conde Güell el año 1899. La intención era crear una urbanización de viviendas, una ciudad-jardín para estudiosos que quisieran vivir en comunidad pero a la vez independientes.
Era la Barcelona de finales del siglo XIX, floreciente de transformaciones políticas y tecnológicas, de ebullición de las artes y la cultura. Pero la idea fue un fracaso comercial.
En realidad no me extraña que no funcionara, si actualmente desplazarse hasta el parque es una pequeña aventura, ¿cómo sería en aquella época? Para ir no os aconsejo ir en coche, encontrar donde aparcarlo puede ser desesperante.
Lo mejor es ir en transporte público, aunque eso supone ir dispuesto a andar e ir bien calzado: las espectaculares vistas que se pueden contemplar desde el Park Güell no serían posibles sin su ubicación en la cima de una colina.
Se puede ir en metro (parada de Lesseps o Vallcarca) o en autobús (nº 24, 92 y 27) Yo he cogido el 27, que deja justo delante de la Baixada de la Gloria. Como todo lo que “baixa” a ha de haber subido antes, os aviso que superar esta cuesta puede resultar agotador, a pesar de las escaleras mecánicas que facilitan la subida.
Pero merece la pena. En el parque el estilo de Gaudí está presente en todas partes: formas onduladas, pasillos inclinados, columnas con forma de árboles, caminos como grutas y paisajes que parecen de lava. El conjunto es fantástico, y hay quien lo define como de hadas. Reúne al Gaudí más completo: arquitectura a ingeniería, urbanismo, paisajismo, jardinería…
Gaudí dedicó catorce años a este proyecto. El parque fue inaugurado en 1922, cuando acabó pasando a la ciudad tras la muerte de Eusebi Güell y su familia vendió la propiedad. En 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Os invito a hacer un recorrido por este enorme parque de 17 hectáreas.
Entrada principal i pabellones:
Gaudí situó la entrada principal en la parte más baja de la montaña (calle Olot) y la más cercana al núcleo urbano. Aquí nace una muralla que tenía que envolver el recinto y sólo se construyó parcialmente.
Está construida con piedra rústica del lugar y rematada con cerámica, donde destacan los medallones con las inscripciones «Park» y «Güell».
Cerrando el acceso se instaló una puerta de hierro forjado, representando hojas de palmito, que fue trasladada al parque en 1965 procedente de la Casa Vicens.
En los dos lados de la reja de entrada se sitúan dos pabellones. El más pequeño estaba destinado a portería (ahora funciona como tienda) y tiene una torre coronada por la típica cruz gaudiniana de cuatro brazos, que se alza a 29 metros del suelo.
El otro era la casa del guarda, que actualmente está en restauración y alberga exposiciones audiovisuales sobre el pasado del parque.
Los pabellones destacan por sus cubiertas con cerámica en trencadís de vivos colores. Ambos cuentan con un remate en forma de seta.
Este conjunto se construyó entre 1900 y 1903. Pasando los pabellones accedemos a un vestíbulo de 400 m2 que organiza los accesos al parque.
A los lados se sitúan dos áreas de servicio a modo de grutas, la de la izquierda pensada como garaje y almacén, y la de la derecha para refugio de carruajes.
La escalinata y el dragón:
En frente, la escalinata principal, la parte más conocida del parque y que se ha convertido en todo un símbolo de Barcelona. El conjunto está formado por una gran escalinata que da a la sala Hipóstila y dividida por una serie de fuentes. Aquí es donde se encuentra la famosa salamandra de mosaico, icono del parque.
La escalinata está ubicada entre muros almenados y cubiertos de mosaicos.
En su zona central alberga tres fuentes con conjuntos escultóricos, que representan los países catalanes: Cataluña norte, francesa, y Cataluña sur. En la primera fuente Gaudí situó un círculo como símbolo del mundo y un compás como símbolo del arquitecto.
La segunda fuente contiene el escudo de Cataluña y una serpiente, como alusión a la medicina, rodeados de flores de eucalipto. (Esto es lo que he encontrado buscando información, pero...¿las serpientes tienen orejas?)
En la tercera fuente, el dragón o salamandra representa a la ciudad de Nimes (presente en el escudo de esta ciudad), lugar donde se crió Güell. Si queréis haceros aquí una foto, paciencia, en algún momento lo conseguiréis.
Sala Hipóstila:
Sobre la escalinata se sitúa la Sala Hipóstila o Sala de las Columnas, que sirve de soporte a la plaza superior. Construida entre 1908 y 1909, esta sala fue pensada para funcionar como mercado para el barrio residencial que Gaudí estaba creando.
Está compuesta por 86 columnas estriadas, de 6 metros de alto y 1,20 de diámetro, y tienen un revestimiento en la parte inferior de trencadís.
No hay ninguna columna con ángulo recto respecto del suelo, es más ninguna tiene la misma inclinación. Pero no sólo sirven de apoyo por la plaza, también sirven como desagües.
El techo está confeccionado con bóvedas semiesféricas revestidas con trencadís blanco, entre cuyos espacios se sitúan 4 plafones circulares (rosetas), que representan las cuatro estaciones del año, con dibujos de soles de 20 puntas, y 14 más pequeños que representan el ciclo lunar, con dibujos de remolinos y espirales.
Los plafones fueron obra de Jujol, el colaborador de Gaudí con más fantasía creativa.
Esto es sólo una parte del parque, en la próxima entrada veremos a un Gaudí que funde la arquitectura con la naturaleza.
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