sábado, 21 de diciembre de 2013

La Alcaldía de Sants- Hostafrancs


Si en la última entrada que hacía en el blog, estaba dedicada a uno de los edificios más conocidos de Barcelona, en ésta voy a hablar de uno bastante desconocido: la sede de la alcandía de Hostafrancs.


Situado en la comercial calle Creu Coberta 104 – 106, y muy próxima al mercado, este edificio modernista es uno de los más bellos del barrio.
En el frontal izquierdo destaca un hermoso balcón y una torre, que hace de base a un campanario con reloj de cuatro esferas, culminado por una campana. El lado derecho, más amplio, equilibra la composición con un coronamiento.


En su parte central destacan las grandes vidrieras del salón de actos, aunque vistas desde fuera, no se aprecia que son una de las joyas del edificio.


Sobre ellas, el escudo barcelonés preside la fachada. El motivo: el hasta entonces independiente municipio de Sants, fue anexionado a Barcelona en 1897, cuando la obra aún no estaba acabada.


Aunque también está representado el de Sants.



Es un edificio de gran dimensión con una fachada de notable riqueza ornamental, tallada en piedra, y mayoritariamente floral.




Los bajos están presididos por grandes arcadas, rematadas por verjas de hierro forjado. A través de las tres centrales se accede al gran vestíbulo.


Vestíbulo y escalera
Las obras se iniciaron en 1895 El arquitecto del proyecto fue Bonaventura Gustà Bondia, el mismo que construyó el cementerio de Sants, y Ubald Iranzo. Las obras finalizaron entre 1916 y 1917.



El edificio presenta gran riqueza y detallismo, destacando en la ornamentación un gran número de elementos vegetales y femeninos, tanto esculpidos en la piedra como en los esgrafiados.

 

Las cabezas de mujer son un símbolo del Mediterráneo.




Escalera principal


 

En el techo, una claraboya central con cristales de colores emplomados y rodeada de faroles de hierro forjado i dorado.



El salón de actos


La planta noble está ocupada en gran parte por el salón de actos. Es una gran estancia en la que predominan dos de los elementos característicos de la época: el ladrillo y el hierro. 


En esta estancia destacan los balcones de hierro forjado, los esgrafiados del techo, la piedra esculpida y los mosaicos del suelo.









Otros pequeños detalles anecdóticos del edificio son, por ejemplo, los escudos. Construido en tiempos de la Mancomunidad, las cuatro barras catalanas están presentes en todo el edificio. El escudo de Sants está representado en la pared del Salón de Actos junto con el de Les Corts y el de Barcelona.



Los vitrales
Si hay un elemento que destaca en este salón son las vidrieras. Confeccionadas en 1914 por Rigart y Granell, basado en un diseño de Francesc Labarta, están profusamente decoradas.


Los vitrales representan aspectos culturales y laborales de la vida de los ciudadanos del barrio. Por este motivo están representadas alegorías de la Industria, el Comercio y la Agricultura.


No solamente son el elemento decorativo más destacable, también dota al salón de una gran luminosidad.






Por último un pequeño y simbólico detalle. En el salón podemos ver una cruz, que recuerda a la existente en el término del municipio: la Creu Coberta.







Actualmente se han realizado reformas, recuperando el espacio del subterráneo para alojar el archivo del distrito y salas de exposiciones.




sábado, 7 de diciembre de 2013

La Casa Batlló

Paseo de Gràcia, 42

Desde 2002, año en que el edificio abrió sus puertas, la Casa Batlló se ha convertido en el tercer edificio más visitado de Barcelona. Cuando pasas por delante siempre hay turistas haciendo fotos y cola para entrar.
 
Y digo bien, de turistas, porque el precio de la entrada (20 euros) provoca que muchos barceloneses desconozcan su interior. Los actuales propietarios dicen que este  precio se debe a que lo han ido recuperando sin ningún tipo de subvención. Así que si queréis verla, pensad que estáis colaborando a mantener el patrimonio cultural de la ciudad.
 
 
Yo fui a visitarla con un descuento del 50% que había en algunos edificios de la Ruta del Modernismo
 
 
La casa forma parte de la llamada Manzana de la Discordia, el conjunto de edificios modernistas que muestra de los contrastes de las distintas tendencias arquitectónicas del momento. Está formada por la casa Lleó Morera, de Domènech i Montaner, la Casa Amatller diseñada por Puig i Cadafalch y la Casa Batlló, obra de Gaudí.
 
 
 
Historia
 
La Casa Batlló se construyó entre los años 1904 y 1906. Originalmente el edificio lo creó en 1877 Emilio Sala Cortés (curiosamente un antiguo profesor de Gaudí), pero fue en 1903 cuando lo adquirió el industrial textil Josep Batlló, un rico hombre de negocios que poseía diversas fábricas textiles en Barcelona. Estaba casado con Amàlia Godó, de la familia de los condes de Godó, editores del diario La Vanguardia. La primera intención era derribarlo, aunque luego se conformó con reformarlo. Gaudí reformó la fachada, añadió dos plantas al edificio original, un terrado, y reformó los interiores.
 
 
El dueño se reservó la planta principal, y el resto lo explotó en régimen de alquiler, como era habitual en las casas burguesas de la época (aunque también entregó algunos pisos a sus hijos según se iban casando). El matrimonio vivió en la planta noble de la casa hasta su defunción. En 1940 pasó en herencia a las hijas, que en 1954 la vendieron a Seguros Iberia, que instaló allí sus oficinas comerciales. En 1993 fue adquirida por la familia Bernat, propietarios de la compañía Chupa Chups, que la han restaurado y recuperado, abriéndola comercialmente al público.
 
Fachada
 
 
 
Gaudí dotó a la Casa Batlló de una fachada original, fantástica y llena de imaginación. Mandó repicar los muros exteriores para darle la forma ondulada, que luego revocó con mortero de cal y recubrió con trencadís de vidrios de colores y 330 discos de cerámica, todos de distintos colores, que crean diversos efectos visuales según la luz que incide en ellos. Actúan al unísono con los rayos de sol de la mañana para producir un efecto de iridiscencia que contrasta con las sombras provocadas por las ondulaciones de la fachada.
 
Para su diseño el arquitecto realizó diversas maquetas en yeso, que modeló con sus propias manos hasta conseguir la forma que buscaba. Para su colocación, dirigió personalmente a los obreros desde la calle para la colocación exacta de los cristales rotos de la fachada. Los discos fueron fabricados de forma manual en Mallorca, realizados en arcilla con diversos colores de óxidos naturales, y confeccionados en cuatro tamaños.
 
 
 
El coronamiento de la fachada es una cruz de cuatro brazos, orientada a los puntos cardinales, en la parte superior de una torrecita cilíndrica, que sirve de acceso al desván y que emerge del tejado. 
 
 
 
 
 
 
 


 
 


Está decorada con los anagramas de Jesús (IHS), María (M con la corona ducal) y José (JHP).
 
 
 
 
 La parte superior el tejado tiene forma de lomo de animal, con grandes escamas tornasoladas. El remate espinal está formado por piezas esféricas de de cerámica vidriada de grandes dimensiones y con colores cambiantes en tonos rojo, verde y azul. Están dispuestas como las escamas de un pez. El resultado es un sorprendente cuerpo de dragón. 
 
 
Hay muchas interpretaciones populares sobre qué representa esta fachada: la leyenda de Sant Jordi, en la que la cruz podría representar sería la espada clavada en el espinazo del animal, del que brotaría la sangre, presente en la cerámica roja de esta parte de la cubierta, y las columnas con aspecto de huesos y los balcones de hierro que sugieren calaveras serían las víctimas. Otras leyendas la relacionan con el carnaval: el coronamiento de la fachada parece el gorro de un arlequín, el recubrimiento de trencadís de colores parece confetti y la forma de las barandillas, máscaras.
 
 
Los balcones, de hierro fundido, están colocados sobre peanas de piedra con forma de concha marina. Hay un total de nueve balcones. El balcón del desván, tiene una forma diferente: de flor semejante al de un tulipán o de bulbo vegetal.
 
 
Del conjunto de la fachada destaca la tribuna del piso principal, que alcanza los 10 metros de altura. Las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales, y las vidrieras tienen formas circulares de colores. En su forma algunos creen ver un murciélago.
 
 
La visita
La visita incluye la Planta Noble, el Desván, la Azotea con sus Chimeneas y el fabuloso Patio de Luces, la antigua escalera de vecinos. 
 
Desde el vestíbulo en la planta baja, una reja separa el acceso privado hacia la vivienda de la familia Batlló. Una gran escalera de madera se abre camino desde un recibidor de techos abovedados, con lucernarios con formas de caparazón de tortuga. El espinazo de un gran animal tallado en madera noble se eleva a modo de pasamanos por huecos imposibles. 
 
 
Planta Noble 
Situada en la Planta Principal, Gaudí hizo una nueva distribución con tabiques de formas onduladas y decoró las habitaciones. Toda la obra tiene una acertada combinación de materiales como madera, hierro, latón, cerámica..., realizada por los mejores artesanos.
 


 
Salón principal
El salón principal de la casa estaba compuesto de un salón central y dos saloncitos laterales que pueden unirse formando una gran estancia. 
 
 
En el techo, un cielo raso con un gran remolino resuelto con un altorrelieve de yeso. 
 
 
En la parte central, la gran tribuna, con grandes ventanales que daban al Paseo de Gracia. Se compone de ventanas de madera que se accionan de subida y bajada mediante contrapesos, sin jambas ni montantes, de manera que es posible levantar todas las cristaleras y tener una abertura panorámica, por todo lo ancho del salón.
 

 
Comedor y patio exterior
Entre el salón y la parte posterior se dispusieron los dormitorios y servicios. El comedor estaba situado en la fachada posterior. La vivienda familiar estaba dotada de un patio privado hacia el interior de la manzana, a la salida del comedor, en la zona más íntima de la casa.
 
 
El patio tiene 230m2. Toda la fachada posterior tiene forma ondulante y recubierta de trencadís de cerámica. 
 

 
Los pisos tienen terrazas cubiertas con barandillas de reja metálica. La parte más destacada es la del desván, realizada con cerámica de vivos colores, con motivos florales y geométricos. 
 
 
Si queréis verlo, podéis hacerlo desde uno de los edificios colindantes: la conocida ferretería Servicio Estación, en la calle Aragón.
 
 
El patio de luces
El patio de luces es parte importantísima de la reforma. Gaudí lo ensancha y lo reviste completamente con azulejos con relieve, en distintos tonos de azules, que son más intensos en la parte superior y más claros en la parte inferior, logrando así una distribución uniforme de la luz. Una gran claraboya central cubre el gran patio de luces, permitiendo la entrada de luz en cascada.
 
Los tonos de azul de los azulejos del patio central son 5, inspirados en las tonalidades del mar. Gradualmente pasa del color azul oscuro al azul claro, gris y posteriormente blanco a medida que se acerca a la planta baja. Sin embargo, al contemplar el patio desde la portería, aparece de color gris uniforme.
 
 
En total hay más de 15.000 azulejos (por lo visto alguien tuvo la paciencia de contarlos)
 

Las ventanas son más pequeñas en la parte superior donde llega mayor cantidad de luz natural, mientras que hacia abajo, éstas se van haciendo más grandes. Los vidrios son traslúcidos, pero no transparentes, permiten el paso de la luz con discreción a la vez que según como se mire, distorsionan los azules del patio de luces en bellas ondas de agua. 
 
 
La Casa Batlló es un reflejo de la madurez y plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista, periodo en que el arquitecto perfecciona su estilo personal. A ello añade una gran libertad creativa, y originalidad. Pero también es una muestra del Gaudí técnico, por lo estructural, con una modernidad hasta entonces desconocida. Por ejemplo, la parte inferior de las ventanas incorpora unas rendijas de madera que pueden abrirse o cerrarse asegurando una buena ventilación. También pueden verse formas ergonómicas en pomos, pasamanos, tragaluces o lucernarios.
 
 
Desván 
Los desvanes originalmente habían sido proyectados como una zona de servicio, que albergaba trasteros y lavaderos. Esta zona tiene una gran elegancia y belleza en la forma, gracias al recurso de los arcos catenarios (más de 60), y a los espacios diáfanos y ventilados. También es admirable la escalera helicoidal que comunica con la azotea.
 























Terrat del Drac. Terraza del Dragón.
Durante toda la visita tuve que correr. Entré con descuento, pero esto implicaba verlo a partir de las siete de la tarde, y pensaba que no llegaría a la terraza antes de que se hiciera de noche. Lo que no esperaba era ver un fantástico atardecer en un entorno tan espléndido.
 
 
En la Azotea, de 400 m2, destacan los cuatro grupos de chimeneas, recubiertas del mismo trencadis vidriado que la fachada, con decoraciones florales rematadas por ocho terminales cónicos y una esfera. 
 
 
Tras lo estético, lo funcional: nunca el viento podrá obstruir la salida de humo gracias a esos sombreretes en la parte superior de las chimeneas.
 
 
Y por supuesto, el lomo del dragón que adorna la fachada, con sus escamas de cerámica.
 





















 



Bajo el lomo del dragón podemos ver un pequeño desván donde estaba el tanque de agua que abastecía al edificio, con una fuente central en forma de media esfera que gracias a su iluminación parece sumergirnos dentro del agua.
 
 
En 1962 la Casa Batlló fue catalogada como Bien de Interés Cultural; desde 1969 es Monumento histórico-artistico y fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2005.
 
 
 

La Casa Batlló celebró en 2012 sus 10 años de visitas culturales y compartió con toda la ciudad de Barcelona un espectáculo audiovisual sorprendente, con técnica en 3D que le confiere texturas a los objetos, y que desveló todas las simbologías e interpretaciones de su fachada. Os dejo el enlace, merece la pena verlo.