viernes, 21 de junio de 2013

Barrio Gótico. Alrededores de la Catedral I


En las próximas entradas os invitaré a recorrer los alrededores de la Catedral, una ruta obligada para los turistas y muy conocida por todos los barceloneses, pero que a la vez esconde historias y detalles bastante desconocidos por muchos de ellos. 

 

Para empezar, el Barrio Gótico de Barcelona no tiene la antigüedad que representa, ya que su creación tal y como la conocemos actualmente, empezó a finales del siglo XIX, fruto de una remodelación de la zona, la construcción de la fachada de la catedral, la restauración o traslado de algunos edificios y la creación de nuevos elementos decorativos.

Iniciamos la ruta situándonos en la plaza de la Catedral; mirándola al frente, vemos La Pia Almoina a la derecha.



LA PIA ALMOÏNA. MUSEO DIOCESANO.  Av Catedral, 4


Se construyó como residencia para la comunidad de la regla de San Agustín en 935; se demolió en 1400 y fue reconstruido unos años después con la función de dar de comer a los pobres.

 

Consta de dos cuerpos: el gótico, a la derecha, construido hacia 1435, y el renacentista, longitudinal al anterior y añadido en 1546. Ambos se encuentran adosados a un fragmento de la muralla romana, en el que destaca una torre hexagonal.
 
 
Actualmente acoge el Museo Diocesano una colección que reúne obras de estilos románico, gótico, renacentista y barroco. Podemos encontrar pintura, escultura, orfebrería, indumentaria o cerámica religiosa, desde la edad media hasta el siglo XX.
 
 
Un elemento característico actual son las puertas del museo. Fueron diseñadas y realizadas por el artista catalán Josep Plandiura junto al escultor y forjador Enric Pla Montferrer. Esta obra fue objeto de duras críticas debido al contraste que existía entre la obra abstracta y la arquitectura gótica del entorno. Os muestro las dos puertas de la Pía Almoina y podréis compara estilos.




 


Desde esta última puerta, avanzamos por la Calle Comtes en dirección al Museo Marés.

 

EL ESCUDO DE LA INQUISICIÓN
 
En esta calle, en lo alto a la izquierda, hay un escudo de piedra. Representa al temido Santo Oficio de la Inquisición, instalada en Barcelona en 1483 bajo la supervisión del inquisidor general en Cataluña fray Tomás de Torquemada, que impuso penas mucho más duras que la “tolerante” inquisición castellana. Esta institución estuvo alojada en un edificio de la Plaza de Ivo a partir de 1542 y perduró hasta 1820.

 
Aunque está algo desgastada, podemos ver el escudo de Felipe II junto a los símbolos de la Inquisición: una cruz cristiana y una espada, que simboliza el trato a los herejes, y una rama de olivo que significa la misericordia y reconciliación con los arrepentidos.


Rodea el escudo una cadena de eslabones: es la orden del Toisón de Oro (actualmente aún utilizado por la casa real) y debajo cuelga la piel de un cordero (aunque en esta placa parece un cerdo). 

En la plaza del Rey, que explicaré un poco más adelante, la inquisición torturó y quemó a gran número de herejes y brujas.

 
Seguimos y entramos en la Plaza Sant Iu, llamada así por la puerta de acceso a la Catedral que ya comenté en una anterior entrada al blog.

 
En esta plaza, en el nº 5,  encontramos la entrada al MUSEO FREDERIC MARÈS.

 
Este edificio era el Palacio Real Mayor o Casa del Rey. Esta zona del palacio se utilizaba conjuntamente con los apartamentos del Palacio Real Menor (o de la reina) que fue demolido en el siglo XIX y que inicialmente había pertenecido a la Orden Templaria.

 

Esta parte del Palacio y del resto de los edificios, cayó en desuso a partir del siglo XV por el creciente absentismo de Cataluña de los Reyes pertenecientes a las dinastías Trastámara y, especialmente, de la Casa de Austria, y pasó a ser ocupado por la Inquisición, y la Real Audiencia del Principado de Cataluña, sufriendo muchas transformaciones. 

 
El patio, llamado Vergel del Palacio es un pequeño rincón muy tranquilo y acogedor. En el surtidor del patio el día de Corpus se celebra la tradicional fiesta de "L'ou com balla". 


 
Adornado con naranjos y rodeado por los soportales, se convierte en un espacio especialmente agradable con el buen tiempo, que podemos disfrutar en el quiosco de bebidas que está abierto desde la primavera al otoño.

 


El aspecto actual es consecuencia de diversas restauraciones realizadas en el siglo pasado para ubicar en el edificio el interesante Museo creado por el escultor y coleccionista Frederic Marès.
 


 
La idea del museo nació en 1944 cuando Marès realizó una exposición de gran parte de su colección. La muestra incluía diversos objetos como algunos incunables o muestras de esculturas medievales. Marès prometió entonces donar su colección a la ciudad. El museo fue inaugurado de forma oficial en 1948 e inicialmente constaba sólo de 4 salas. El edificio fue ampliándose con nuevas salas hasta 1970, año en el que el museo adquiere el volumen actual.

 
No os podéis perder la visita a este museo, realmente merece la pena. Se divide en dos grandes secciones: la Colección de escultura recoge piezas del Estado español desde la época pre-romana hasta el siglo XIX, entre las que destacan las de la edad media y las tallas policromadas religiosas. El Gabinete del coleccionista comprende un conjunto de trabajos artesanales y de la vida cotidiana de nuestros antepasados, que van del siglo XV al XIX.

 
Hoy lo dejo aquí. En la próxima entrada os explicaré más cosas sobre la Inquisición y anécdotas de la plaza del Rey, entre otras cosas.
 

1 comentario:

  1. Uf!!! Que susto. Estabas missing y ¿donde iba yo a encontrar estas fotos?

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