En la Diagonal , protegido por
un muro lleno de buganvillas y decorado por esculturas de piedra de diferentes (años 1928 y 1929), se encuentra uno de los
jardines más señoriales de Barcelona.
Cuando atravesamos la puerta de hierro
forjado de la entrada, nos da la
bienvenida un amplio espacio y frente a
una fuente en cascada que termina
en un estanque ovalado, rodeado de flores y con la
escultura de mármol blanco de una mujer en el
centro.
Es un emplazamiento realmente idóneo para mostrar la
belleza de la escultura Mediterráneo, obra de la
escultora Eulàlia Fàbregas (1960)
A
ambos lados
del estanque
empiezan los
caminos de tierra
que se entrecruzan
por todo el parque.
A partir de un eje central, a ambos lados podemos encontrar parterres de hierba
geométricamente diseñados junto con zonas
con una vegetación densa y
exuberante.
Decorando el entorno, grandes jarrones y tres pequeñas fuentes luminosas, obra de Carles Buïgas, autor también de la fuente mágica de Montjuic.
Los
jardines fueron diseñados por Nicolau Maria Rubió i Tudurí, que respetó los
árboles centenarios, utilizó diversos tipos de plantas mediterráneas y alguna
especie poco corriente.
Paseando
encontramos, una figura de bronce; una mujer de pie, de tamaño natural.
Se trata de Nu (Desnudo), de
Enric Casanovas (1930).
A un joven Antoni Gaudí el encargo de reformar la casa, cercar la finca con un muro, los pabellones de portería y el diseño parcial de los jardines, en el que destaca la construcción de una pérgola parabólica cubierta de enredaderas.
También hay otra obra suya: la fuente de Hércules (1884), situada en el bosquecillo de bambúes. Durante muchos años, esta fuente quedó escondida por la vegetación, y su existencia no fue descubierta hasta el año 1984.
Contiene un busto del héroe mitológico (colocado el año 1984 en substitución del original) y un caño de agua en forma de cabeza de dragón, que vierte el agua en una pila de piedra con el escudo de Cataluña.
Caseta de jocs. Kolonihaven
La
obra fue un encargo en 1996 a
Enric Miralles i Benedetta Tagliabue por parte de la Kolonihaven Foundation
de Dinamarca, que la quería instalar en Copenhague aunque no se
llevó a cabo. Cuando los arquitectos realizaron el proyecto del Parque Diagonal
Mar, incorporaron la obra como casita de juegos para niños, donde sufrió todo
tipo de vandalismos. Se decidió su reconstrucción y desde 2007 está instalada en estos jardines. Eso sí, ahora ya no
se puede tocar.
Llama la atención un curioso ¿asiento? En realidad es una cruz rumanesa de madera.
Si seguimos andando continuamos encontramos pequeños espacios acogedores y con encanto, como este pequeño estanque rodeado por una barandilla de hierro forjado.
Volvemos a encontrarnos con otra fuente, en otro de los espacios de diseño geométrico y muy cudado.
Pero, ¿y el palacio? Bueno, lo dejaremos para la próxima entrada.
Pedralbes tiene una bonita historia y un increíble patrimonio histórico. Enhorabuena por el post
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