Una de las cosas que me gustan de Barcelona es la
cantidad de miradores a la ciudad con los que cuenta. Desde ellos puedes ir
buscando como sobresalen los edificios más destacables e ir situándote para
formar un mapa mental de la ciudad. Uno de estos sitios es el Mirador del Alcalde, un balcón con vistas al mar, el puerto y la ciudad.
Este Mirador está situado en montjuïc, al lado de la plaza y obra de la Sardana, de Josep Cañas, y frente a los jardines de Joan Brossa. El fuerte desnivel permite unas vistas espectaculares.
Otra de las obras destacadas de estos jardines es Homenaje a Barcelona, de Josep maria Subirach, situada en la entrada.
La historia
del Mirador del Alcalde comienza en el año 1960 cuando Franco cedió a la ciudad el Castillo de
Montjuïc, con la condición de ubicar un museo militar. Esto supuso también la
urbanización y el ajardinamiento de los alrededores del monumento.
Las obras se
iniciaron en 1962 y se ejecutaron en diversas etapas hasta el año 1969, año de
su inauguración durante la etapa de José Maria de Porcioles como alcalde y a
quien está dedicado. En 2009 fue arreglado y reinaugurado.
Aprovechando la
fuerte pendiente de la montaña en la que se sitúa el espacio se distribuye en
una serie de terrazas a diferentes niveles, conectadas entre sí por tramos de
escaleras y parterres de suaves pendientes.
Desde el estanque, situado en el centro del parque, se distribuyen a su alrededor los diferentes elementos que componen el espacio: caminos, parterres, vegetación, zonas de reposo. Una fuente ornamental, diseñada por Carles Buigas, vierte sus aguas en pequeñas plataformas que configuran una cascada que cae en un estanque inferior.
Además de los
grandes parterres de césped, dos detalles llaman la atención: el gran pinar, situado a la derecha del jardín y las
palmeras.
Pero si algo llama
realmente la atención en este sitio, es su pavimento. Se trata de un mosaico de 420 m²
diseñado por Joan Josep Tharrats.
En su realización se
utilizaron materiales tan diversos y originales como cantos rodados, adoquines,
ladrillos, baldosas colocadas de canto, fondos de botella, piezas de hormigón,
diversas piezas de hierro (cadenas, ruedas dentadas, filamentos, tornillos y
tuercas, planchas... procedentes de maquinarias desmanteladas) o fragmentos de
tapas de registros de los servicios urbanos del subsuelo, entre otros.
Por su gran valor
artístico forma parte del Catálogo del Patrimonio Artístico Municipal.
El Mirador forma
parte del Passeig dels Cims, un proyecto paisajístico de ordenación continua de
las cotas altas de Montjuïc.
A continuación os
muestro algunas de las vistas que se pueden apreciar desde aquí.
Podemos seguir
disfrutando de las vistas desde el Teleférico
de Montjuïc, que tiene parada aquí y en el Castillo, situado
unos metros más arriba del mirador.
Fuente:
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