Su nombre real es el de Moll de Bosch i Alsina, pero siempre
ha predominado su nombre popular, el Moll de la Fusta. Transcurre de forma
paralela al Paseo Colon, y va desde el Portal de la Pau, a pie del monumento a
Colón y la Rambla Mar, y llega hasta el mirador del Port Vell.
Su emplazamiento corresponde a lo que había sido el puerto de la antigua Barcino romana. Desde el siglo XIX fue una barrera que separaba a la ciudad del mar debido a la actividad portuaria y comercio marítimo continuado.
De hecho, la
denominación de Moll de la Fusta (Muelle de la madera) tiene su origen en sus
funciones de depósito y estiba de madera.
En el año 1982 el Puerto Autónomo de Barcelona cede este espacio a la ciudad. Se inicia entonces un proyecto de remodelación con dos objetivos básicos: restablecer la comunicación entre la ciudad y el mar y organizar una estructura viaria que canalizase el tránsito urbano.
Fue remodelado en 1987 para las Olimpiadas del 92, bajo la dirección del arquitecto Manuel de Solà Morales. Se suprimió la línea férrea, se construyó la Ronda Litoral para el tránsito rodado a un nivel inferior, el paseo, y un aparcamiento.
El paseo de viandantes también tenía dos niveles, uno inferior, justo al borde del mar, y otro superior. Para salvar la Ronda y los dos niveles del paseo para viandantes, se instalaron puentes basculantes.
Se quería que el nivel superior fuese una nueva zona de ocio, por lo se llenó de restaurantes y terrazas, diseñados por el arquitecto Alfred Arribas. Pero no funcionó, y con el tiempo todos los negocios terminaron por cerrar sus puertas. Ahora quedan los pabellones ondulados donde estuvieron situados.
De entre
estos restaurantes destacó el Gambrinus. En 1989 se instaló sobre el tejado del
local una gigantesca gamba con patas de langosta, de quince metros de envergadura,
obra de Mariscal, creador de la mascota de los juegos olímpicos de Barcelona.
Es una carcasa de hierro cubierta por fibra de vidrio pintada.
Tras el
cierre del local y varios litigios posteriores, la obra se quedó en el mismo
lugar perteneciendo al Ayuntamiento de Barcelona, se restauró en 2004 y acabó
convirtiéndose en un icono ciudadano que aporta identidad a su frente marítimo,
así como un símbolo de la remodelación que sufrió la zona costera barcelonesa.
En la remodelación se mantuvieron las palmeras que ya existían desde hace años en el Paseo de Colón. También hay palmeras en el mismo muelle, ordenadas en una cuadrícula de 17 metros entre ellas.
Como elementos urbanos encontramos tres tipos de farolas antiguas y los bancos de madera.
Otra de las iniciativas que acompañaron las transformaciones urbanísticas fue la colocación de esculturas públicas en el muelle. Estas esculturas debían de homenajear la relación de Barcelona con el mar a través de personajes destacados.
Robert Krier realizó dos esculturas dedicadas a Ròmul Bosch i Alsina (ver la entrada dedicada a la Rambla Mar) y a Joan Salvat Papasseit, poeta catalán, que trabajó en el muelle y quien dedicó muchos poemas al mar. Krier realizó un busto en la que priorizó la fuerza expresiva sobre la fidelidad del retrato.
En el otro extremo del paseo encontramos la escultura "La cara de Barcelona", obra del artista gráfico y escultor Roy Lichtenstein, el máximo exponente del pop-artnorte-americano.
Se trata de la cabeza de una mujer en homenaje a la ciudad de Barcelona y a Antoni Gaudí, por lo que emplea la técnica del “trencadís” (mosaico de trozos de cerámica), todo ello con la estética del cómic. Una peana eleva el conjunto y lo hace resaltar a gran distancia.
Y en medio del muelle encontramos la escultura en bronce La Parella, obra del artista chileno Lautaro Díaz Silva, de 1998. El bronce está acabado con una pátina verdosa, para enfatizar el paso del tiempo, ya que las figuras simbolizan a dos amantes que miran sentados juntos el mar y para los que el tiempo se hace eterno.
Junto al muelle podemos observar el paquebote de tres palos Santa Eulalia, se trata del único velero centenario que se conserva en Cataluña, actualmente restaurado y que pertenece al Museo Marítimo de Barcelona. Se utiliza en programas educativos y actividades relacionadas con el mar.
Recientemente, también se pudo ver La réplica de La Nao Victoria, primera nave que dio la vuelta al mundo entre 1519 y 1522 en la expedición Fernando de Magallanes y que acabó Juan Sebastián Elcano.
O el Galeón La Pepa. El barco es una réplica de aquellos galeones que unieron España con América y Asia durante tres siglos y debe su nombre a la Constitución de 1812, a la que rinde un homenaje en el bicentenario de su proclamación.
NOCTURN PER A ACORDIÓ
ResponderEliminarHeus aquí: jo he guardat fusta al moll.
(Vosaltres no sabeu
què és
guardar fusta al moll:
però jo he vist la pluja
a barrals
sobre els bots,
i dessota els taulons arraulir-se el preu fet de l'angoixa:
sota els flandes
i els melis,
sota els cedres sagrats.
Quan els mossos d'esquadra espiaven la nit
i la volta del cel era una foradada
sense llums als vagons:
i he fet un foc d'estelles dins la gola del llop.
Vosaltres no sabeu
què és
guardar fusta al moll:
però totes les mans de tots els trinxeraires
com una fandola
feien un jurament al redós del meu foc.
I era com un miracle
que estirava les mans que eren balbes.
I en la boira es perdia el trepig.
Vosaltres no sabeu
què és
guardar fusta al moll.
Ni sabeu l'oració dels fanals dels vaixells
-que són de tants colors
com la mar sota el sol:
que no li calen veles.
Joan Salvat Papasseit
Muy hermoso Miquel, gracias por compartirlo.
EliminarQue bonic
ResponderEliminar¡Gracias! A mí este lugar me gusta especialmente por las tardes de verano, antes de la puesta de sol. Si puedes pásate un día que no tengas prisa y puedas pasear con tranquilidad. ¡Receta anti-estrés!
EliminarMuy interesante y detallado. Una auténtica guía por Barcelona.
ResponderEliminarPor curiosidad, ¿qué cámara usas? Gracias!
Muchas gracias por la información!
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