En la entrada de la semana pasada os mostré el exterior y planta baja del edificio del Ayuntamiento. Esta vez os enseño el resto de dependencias, normalmente cerradas al público, pero visitables en determinadas fechas.
La escalera Negra
A la izquierda del patio se encuentra una de las escaleras de acceso a la planta superior. Está recubierta de mármol negro, de ahí ese nombre un tanto tétrico. Fue construida en el año 1929 por Adolf Florensa.
El techo está realizado con un artesonado de madera imitando al del Trentenario, de la que os muestro una foto más adelante. Al final de la escalera, en el frente, y dentro de una hornacina, está colocada la escultura de Josep Viladomat La buena acogida.
En el muro hay uno gran mural pintado por Miquel Viladrich en el año 1930 que tiene por título Barcelona Cap i Casal de Catalunya. Representa una alegoría de Cataluña con personajes tradicionales y diversos símbolos tradicionales, así como temas relativos al poema Canigó de Jacint Verdaguer.
Desde aquí se accede a la Galería Gótica.
Galería Gótica
La actual galería, de arcos apuntados, es obra del 1577. Antiguamente contaba con una escalera descubierta, alrededor del cual se disponían las diferentes dependencias.
Salón de Crónicas
El Salón de las Crónicas es uno de los espacios que más reformas tuvo en el año 1929: se variaron las dimensiones, se elevó el techo y se realizaron sus murales, que cubren sus cuatro paredes y el techo.
Se hizo el encargo al pintor Josep Maria Sert y he de decir que el resultado es impresionante. Toda la sala está pintada en tonos monocromáticos, jugando con los dorados, ocres y tonos tostados.
Las pinturas representan la narración de Ramón Muntaner y Bernat Desclot sobre de las crónicas de la expedición de los catalanes almogárabes en Oriente, y que había estado dirigida por Roger de Flor.
Para su realización se empleó hojas de pan de oro y plata y sobre este material la narración en pintura al óleo.
En el techo, la pintura con la escena de la defensa de la torre de Adrianópolis, una ciudad Turca estratégicamente situada en un cruce de caminos.
Capilla del Buen Consejo
Al lado del salón de crónicas se encuentra esta pequeña capilla de reducidas dimensiones. La decoración se encargó al escultor Enric Monjo, inaugurándose en 1966. Preside la capilla la Virgen de Montserrat, y en su peana el escudo de la ciudad. Sobre ella hay un crucifijo de marfil y en el gran plafón central unos grupos de imágenes representando las autoridades y los personajes tradicionales del pueblo, haciendo sus ofrendas a la Virgen.
Saló de Cent
Esta es la principal sala de la Casa de la Ciutat. Su origen se sitúa en el año 1396, a causa de la necesidad de disponer de un espacio donde celebrar las asambleas de municipales, llevadas a cabo por cien representantes: el Consejo de Ciento, de ahí su nombre Salón de Ciento. Hasta entonces, este “primitivo” gobierno de la ciudad se había reunido en lugares tan particulares como las escaleras del Palacio Real Mayor, en la plaza del Rey, o en el convento de Santa Caterina.
Fue construido entre 1369 y 1373. Es de planta rectangular cubierta con envigado de madera que se apoya sobre grandes arcos de medio punto.
Actualmente tiene cinco tramos, pero los dos últimos fueron añadidos en 1848. En esta reforma se perdieron las pinturas originales de las vigas.
Salón de la Reina Regente
Desde el interior del Salón de Ciento accede a la Sala de Sesiones Públicas o de la Reina Regent. Es un espacio semicircular, cubierto por una cúpula.
Las dimensiones y la gente que realizaba la visita no permiten hacer fotos con una panorámica completa, os lo muestro a “cachitos”.
Las dimensiones y la gente que realizaba la visita no permiten hacer fotos con una panorámica completa, os lo muestro a “cachitos”.
Fue construido en la década de los sesenta del siglo XIX y está adornado según el estilo academicista de la época.
Durante la exposición Universal de 1888 sirvió de comedor de la familia real. Para decorarlo se encargó a Francisco Masriera un retrato de la reina regente María Cristina y su hijo Alfonso XIII, que desde entonces preside el salón.
Escalera de honor
Saliendo del Saló de Cent a la galería gótica, encontramos otra escalera para acceder de nuevo al vestíbulo: la “Escalera de Honor“.
En la galería que la rodea destacan las pinturas de la bóveda del techo, decoradas por Josep Maria Sert.
La escalera fue construida en 1894 por Pere Falques, aunque de esta primera construcción poco queda, ya que en 1929 fue reconstruida por Adolf Florensa, quien, para darle una imagen más atractiva, la modificó de dos a tres tramos.
Está decorada con un escudo de la ciudad realizado en piedra tallada y dos grandes tapices llamados de los consejeros.
El Trentenario
Al lado de la escalera de honor, y junto al patio, se encuentra esta galería del siglo XIV. El Trentenario era el lugar donde se reunían treinta miembros del consejo, para deliberar las propuestas que debían llegar al pleno del Consejo de Ciento.
Consta de tres arcos de medio punto sostenidos por columnas de capiteles corintios. El techo es de un hermoso artesonado de madera.
Y volvemos a estar en el patio, al lado de la puerta de salida a la plaza Sant Jaume.