En la entrada anterior os mostraba algunos de los espacios interesantes de este parque, tan rico en arte como en especies vegetales. Muchos de los ejemplares se plantaron a finales del siglo XIX, por lo que actualmente alcanzan un gran tamaño, para deleite de la gran cantidad de pájaros que en ellos viven.
Continuaré con la ruta dirigiéndonos a uno de los sitios más significativos del parque: La cascada.
La construcción de la cascada es también obra de Josep Fontserè para la Exposición Universal de 1888. Junto a él trabajó Antoni Gaudí, por esa época estudiante de arquitectura y un total desconocido, al que se atribuyen las rocallas de la cascada y algunos otros motivos decorativos.
La Cascada fue inaugurada el 12 de junio de 1881 sin esculturas y con varias críticas por el gasto que suponía. Posteriormente se fue ornamentando con diferentes elementos escultóricos de artistas catalanes de finales del siglo XIX.
El elemento central es el Nacimiento de Venus, de Venanci Vallmitjana.
En lo alto, culminando el conjunto, La cuadriga de la Aurora, realizado por el escultor Rossend Nobas en 1888 según diseño de Fontseré. El conjunto escultórico del carro mide casi 6,5 metros de altura y pesa 35.000 kilos. Se tuvo que reforzar la estructura de la cascada para que pudiera soportar el peso de la escultura.
Hasta hace poco, su color era el negro: las inclemencias del tiempo, los excrementos de las palomas y alguna reparación desafortunada acabaron con la dorada pátina original. En 2010 una restauración le devolvió el color bañándola en oro.
También vuelven a ser doradas las ocho garzas reales de las esquinas. Aquí os muestro una junto a la escultura de Leda, de Manual Fuxà (1983).
Del mismo escultor y fecha es la figura de Neptuno.
Abajo, cuatro grifos que expulsan agua por la boca y esculpidos por Rafael Atché, protegen la Venus.
A ambos lados de la fuente hay escaleras para acceder a una especie de templete desde el que se puede contemplar una perspectiva privilegiada del parque.
Encontramos una terraza posterior y la entrada a lo que en su día fue un acuario en el interior de la cascada.
En la puerta unos medallones en piedra me llamaron la atención. Posteriormente descubrí que se le atribuyen a Gaudí.
Si nos dirigimos a la izquierda desde la plaza de la cascada, y bordeando el lago, nos encontramos con un inmenso Mamut de hormigón de unos 3,5 metros de altura y 5,5 metros de largo.
Al acabar la Exposición universal de 1888, se propuso la colocación de una serie grandes especies prehistóricas desaparecidas a escala real. Sólo se llegó a construir este mamut que se instaló en el 1907. La muerte del promotor de la idea impidió que se continuara la serie.
Frente al mamut, y en medio del parque, se encuentra el lago. Es un hermoso rincón con márgenes poblados por una extensa y exótica vegetación, árboles que crecen dentro del agua, como el atractivo ciprés calvo y aves acuáticas de diversas especies.
Si tenéis niños y queréis disfrutar de él de una forma especial, nada tan divertido como navegar con unas pequeñas barcas de remos.
Recomendado también para parejas románticas y marineros de agua dulce.
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Alejándonos del lago nos encontramos con dos edificios que han permanecido desde el s.XVII y que formaron parte de la antigua ciudadela militar: el palacio del gobernador (actualmente un instituto de educación secundaria) y la capilla castrense, actualmente abierta al culto.
Otro de los edificios supervivientes del antiguo complejo militar es el antiguo Arsenal (1889-1895, actualmente sede del Parlamento de Catalunya.
Observa estas dos fotografías de la fachada. ¿Ves alguna diferencia?
Observa estas dos fotografías de la fachada. ¿Ves alguna diferencia?
En 2012 se substituyó el escudo de armas de Felipe V por las cuatro barras de la bandera catalana.
Frente al Parlamento se encuentra la plaza de Armas. Proyectada en 1916 por el ingeniero y paisajista francés JCN Forestier. En medio del estanque encontramos una de las más famosas esculturas modernistas catalanas, Desconsol (desconsuelo), obra de Josep Llimona (1903)