Barrio Gótico. Alrededores de la catedral IV

En la anterior entrada del blog interrumpimos la ruta en la calle de la Pietat. Aquí continuamos...

 

CASA DELS CANONGERS (Casa de los Canónigos) 

 

En esta calle se encuentra una de las Casas de los canónigos de la Catedral. Esta casa, como el resto de las que conformaba la manzana, servió de residencia de los canónigos regulares de la Seo a partir del siglo XIV.

 

Todo el conjunto fue restaurado y reformado durante los años veinte por los arquitectos Joan Rubió y Jeroni Martorell, adhiriendo elementos neogóticos a las partes recuperadas de la obra original.

La casa se convirtió en residencia privada del Presidente de la Generalitat; aquí vivieron Francesc Macià, Lluís Companys y Josep Tarradellas. Fue Jordi Pujol quien rehusó utilizarla como residencia, decisión que ha sido imitada por los presidentes que le han sucedido en el cargo.

Fijaros en el detalle de esta ventana: ¿veis las escuadras en el escudo? Es otro de los símbolos masones que se encuentran en la ciudad. 

 

En este punto quiero recordar un tema que ya comenté cuando explicaba el exterior de la  Catedral: las marcas que dejaron en la pared los gremios que trabajaron en su construcción. Fijaros en este dintel de la ventana: ¿veis también la escuadra?

 

Continuamos por la calle de la Pietat y llegaremos a la Puerta de la Catedral que da nombre a la calle.

 

A la izquierda podemos observar los esgrafiados de la fachada lateral de la casa dels Canonges.

 

Al final de esta calle, en la esquina con la calle Bisbe, siempre hay algún artista que anima el paseo y aprovecha la continua multitud de gente que pasa por esta zona. 
 

 

Sobre ellos una placa recuerda a Apel·les Mestres (1854 - 1936), escritor, dibujante y músico barcelonés.


LA CALLE BISBE Y EL PUENTE

 

Esta calle era una de las dos arterias principal de la ciudad romana, y actualmente es una de las grandes vías de la Barcelona gótica, unión entre la plaza Nova y la plaza de San Jaime, dos de los centros neurálgicos de la ciudad. 

 

Es en esta calle donde se encuentra uno de los elementos más populares y fotografiados de la ciudad: el puente neogótico que une el Palacio de la Generalitat con la residencia oficial del Presidente en la Casa dels Canonges.

 

Contrariamente a lo que algunos pudieran pensar, su antigüedad es de 1928, y es obra de Joan Rubió i Bellver.

 

Si continuamos por esta calle, siguiendo la fachada de la Catedral, llegaremos a la Placita de Garriga i Bachs, y a la puerta de Santa Eulàlia, por la que se entra al claustro de la Catedral.
 

PLAZA GARRIGA I BACHS

En este espacio se levantaba la casa de Andreu Garriga i Bachs, quien la donó para que fuera derribada y se construyera en su lugar una plazoleta destinada a la colocación del actual monumento.

 

El monumento está dedicado a la memoria de unos ciudadanos que participaron en una conspiración destinada a sublevar a la población contra el ejército napoleónico de ocupación. 

 

Los insurgentes se ocultaron en Catedral con el objetivo de llamar a sometent (los “sometent” catalanes eran un cuerpo rural de personas armadas, que con la llamada de una campana se agrupaban para perseguir a malhechores o combatir en tiempos de guerra), pero fueron descubiertos por los franceses y condenados a pena de muerte.

 

La plaza fue urbanizada en los años 20 del pasado siglo, durante la dictadura de Primo de Rivera. La escultura de bronce es obra de Josep Llimona. Se conoce como Monumento a los héroes de 1809 y representa a cinco mártires que fueron ejecutados.

 

El ángel de piedra que forma un relieve en la pared, obra de Vicenç Navarro, fue inaugurado en 1941.

 

Y en los asientos de la pared, unos paneles de azulejos cuentan esta historia.

PLAZA DE SANT FELIP NERI

Desde la plaza Garriga i Bach tomamos una pequeña calle, Montjuic del Bisbe, situada a su derecha.

 

Veremos una estrecha e irregular callejuela que parece cortada. Seguimos por ella y rápidamente encontramos la entada a la plaza detrás del Arc de Montjuïc del Bisbe.

 

La plaza de San Felipe Neri recibe el nombre de la Iglesia que en ella se sitúa. En el centro, se encuentra una fuente de agua con base octogonal.

 

Es un lugar sin tránsito, tranquilo y acogedor, cuyo silencio solo queda roto durante el día por los gritos y juegos de los niños del colegio situado al lado de la parroquia.

 

Estamos en el barrio del Call (antigua judería), y situados sobre el antiguo cementerio medieval de Montjuïc del Bisbe, también llamado Fossar dels Condemnats, ya que aquí se enterraban los cuerpos de los condenados a morir ahorcados .

 

El cementerio fue destruido durante la Guerra Civil Española, en uno de los episodios más tristes de la ciudad. El 30 de enero de 1938 un bombardeo de la aviación italiana inició un ataque contra objetivos civiles; en la plaza, en el sótano de la iglesia, se refugió a los niños. La plaza fue atacada y la destrucción fue brutal, sólo quedó en pie la fachada de la iglesia. Aquí murieron 42 personas, 20 eran niños.

 

Finalizada la Guerra Civil, en medio de los escombros, tuvieron lugar fusilamientos llevados a cabo por los vencedores que utilizaron como paredón los muros de la fachada de la Iglesia. Como testimonio de lo ocurrido, todavía se pueden ver los reductos de la metralla y los disparos.

 

Posteriormente Adolf Florensa, arquitecto municipal, proyectó la reconstrucción; se ubicaron edificios históricos procedentes de otra parte de la ciudad y que fueron desmontados piedra a piedra para ubicarlos en este lugar. También la iglesia fue reconstruida manteniendo la superviviente fachada barroca.

 

La iglesia tiene anexada a su izquierda la casa de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri. 

 

También podemos ver la sede de las antiguas casas de los gremios de Caldereros, hoy escuela, y Zapateros, convertido en sede del Museo del Calzado de Barcelona. En esta última fachada destaca una placa con el León de San Marcos, patrón del gremio.