Se acerca Sant Jordi, y por esta fecha se abre al público el Ateneo Barcelones, cuya entrada normalmente está abierta sólo a sus socios. Así que si salís a pasear, además de mirar rosas y libros, os aconsejo que deis una vuelta por esta emblemática institución
cultural.
El Ateneo
tiene su sede desde 1906 en el Palacio
Savassona de la calle Canuda nº 6 de Barcelona, una casa señorial
construida en 1796, diseñada bajo el modelo de los palacios góticos, aunque sus
dimensiones y distribución son propios del neoclásico. El acceso principal se realiza desde la antigua
entrada de carruajes.
El edificio fue reformado a partir de 1907 para que pueda albergar las actividades propias del Ateneo y presenta grandes transformaciones respecto al palacio original. Las obras corrieron a cargo del arquitecto Francesc Font Gumà y el entonces estudiante Josep Maria Jujol, el más significado discípulo de Gaudí.
Fue declarado monumento histórico nacional y está incluido en el Catálogo del Patrimonio del Ayuntamiento de la ciudad.
Por la escalera noble se accede a las dos puertas de entrada a la entidad: la primera en el entresuelo y abierta por Jujol, da acceso a a los espacios sociales de la entidad: salas de conversación, el bar y el jardín romántico. La segunda, en el primer piso, era la antigua entrada principal y ahora conduce a la biblioteca.
Las salas de conversación son de aspecto tradicional, han sido escenario de innumerables tertulias. Las columnas y vidrieras son obra de Josep Maria Jujol. Llama la atención el detalle de la colocación de los azulejos al bies del suelo, símbolo de la logia masónica.
Desde el principio, el Ateneo se ganó un gran prestigio como centro promotor de la cultura: celebraba conferencias, exposiciones y cursos; dotó premios, acogió grupos artísticos o literarios; y formó una rica biblioteca.
Desde estas salas se accede al jardín romántico, un tranquilo espacio entre la vegetación, un estanque, bancos y una zona de bar para leer o conversar. Cuando el tiempo lo permite, también acoge actos culturales. El jardín ya existía en el edificio original, como delatan las altísimas palmeras.
En el día de Corpus Christi se hace el tradicional "ou com balla" en la fuente del estanque.
En la segunda planta encontramos dos espacios para actos. El más grande y moderno es la sala Oriol Bohigas, con capacidad para doscientas cuarenta personas, y que acoge los actos más importantes en la programación del Ateneo.
En la entrada de acceso hay una pintura mural de Alfons Borrell (2010)
La sala Pompeu Fabra está completamente rodeada de librerías y acoge tertulias y actos de debate.
En los accesos encontramos una serie de cuadros que nos recuerdan que esta institución siempre ha estado rodeada de personalidades significativas de Cataluña y que algunas de ellas han ocupado la presidencia.
En la primera planta está “La joya del Ateneo”, la Biblioteca.
Los socios del Ateneo pueden leer, estudiar o escribir en este espacio modernista bajo los frescos mitologicos del pintor del XVIII, Francesc Pla el Vigatà y las decoraciones en forja y madera de Josep Mª Jujol.
Las obras de restauración y reforma de 2008, han hecho posible la recuperación de su aspecto original, con una cuidada intervención en la que prevalecido la voluntad de poner en valor el patrimonio artístico de la planta noble del palacio Savassona.
Actualmente, además de ser una de las bibliotecas más antiguas más bonitas de Barcelona es también una de las más modernas y funcionales.
Pero la auténtica joya son los cerca de 300.000 volúmenes y un fondo patrimonial entre los más importantes de Cataluña.
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